miércoles, 16 de noviembre de 2022

NUEVA CLIENTA SATISFECHA

Seguimos haciendo feliz a la gente, hoy hemos entregado un pedido muy especial, pues se trata de una mini que le regala Toñi a su mejor amiga Xisca. 

Toñi quiso que la mini Xisca plasmara toda la magia que desprende y que esta estuviera en su lugar de trabajo que a ella tanto le gusta.

Me han dado fe de que le ha encantado, como puedes ver en las imagenes.

¿Y a ti?











Tutorial cuerpo con formas

Hace unos años me pidieron que les ayudará a crear un cuerpo de fofuchas con forma, no se porque razón ese tutorial a fecha de hoy estaba desaparecido, por lo cual vuelvo a compartirlo por si a alguien le puede ser de utilidad.

martes, 15 de noviembre de 2022

Miqpau y el Señor Dragón

Miqpau era un duende pequeño y barrigón al que le gustaba mucho beber zumo de mora y andar molestando a las hadas y elfos del bosque.
Miqpau vivía en una pequeña seta al final del camino azul que llevaba directamente al castillo de la bruja Mandrágora.
Una mañana en la que se levantó cuando el sol ya había superado la Montaña del Dragón vio a un grupo de hadas que mantenían una acalorada conversación; pero desde la posición donde se encontraba no podía llegar a entender muy bien el motivo de tanta alteración.
En esas estaba, cuando..."TOC, TOC, TOC", "TOC, TOC, TOC"; 
Miqpau se sobresaltó al oír que alguien aporreaba su puerta con tanta insistencia. "Ya voy, ya voy", repetía refunfuñando, mientras, la puerta seguía insistiendo. "TOC, TOC, TOC".
Abrió la puerta soltando una retahíla de sonidos irreconocibles por haber sido interrumpido mientras intentaba cotillear una conversación ajena y se encontró de frente con el Elfo Jon.
El Elfo Jon era un guapo mozalbete de 104 años que se dedicaba a vigilar y cuidar el bosque de Aevin. Gracias a él, Miqpau y el resto de habitantes del bosque podían disfrutar diariamente de cuanto zumo de mora y otros víveres quisieran, siempre recién recolectado y preparado; ya que el Elfo Jon tenía una cuadrilla de pequeños Aeviños que se dedicaban al reparto de alimentos entre los habitantes del bosque de Aevin y alrededores.
Por la cara que traía el Elfo Jon, esta no era una visita de cortesía, su cara reflejaba preocupación y por su aspecto podría deducirse que había salido de su casa a todo correr.
Miqpau invitó, muy a su pesar,  al Elfo Jon a entrar obsequiándole con un suculento desayuno, tal y como le había inculcado su madre que debía hacer con los invitados. Los dos se sentaron delante de la lumbre y mientras degustaban tan exquisito manjar el Elfo Jon comenzó a relatar el motivo de tan misteriosa visita.
Hacia días que se oían salir unos extraños ruidos de las entrañas de la Montaña del Dragón, empezó a relatar el Elfo Jon, era como si esta fuese a explotar, se oían rugidos y lamentos por doquier, pero lo que más les había asustado, tanto a las hadas como a los elfos como a los pequeños Aeviños, es que habían visto al Sr. Dragón sobre volando en círculos el Bosque de Aevin.
Miqpau se quedó mirando en silencio al Elfo Jon, sospesaba que podía estar pasando, aunque tenía una pequeña sospecha, se comprometió salir esa misma mañana hacía la Montaña del Dragón para averiguar que estaba pasando, así que el pequeño duende metió todo el material necesario en su bandolera de piel de Miotragus y enfiló el camino montaña arriba.
Y montaña arriba se dirigía cuando una sombra negra se cernió sobre él, era como si la noche hubiera hecho ya acto de presencia; Miqpau quedo paralizado por el pánico y corrió asustado a esconderse detrás de una roca puntiaguda que había en medio del camino y se tapó la cara con su andrajoso sombrero amarillo.
Cuando Miqpau se decidió a sacar su cara del sombrero vio ante él una imagen impresionante, era el Sr. Dragón que estaba sentado frente a él, con las alas dobladas a la espalda y mirando expectante a aquel cobarde ser que no paraba de temblar. El Sr. Dragón era de un color rojo brillante y tenía sobre la cabeza un pequeño mechón de cabello negro que le cubría parcialmente un ojo. El Sr. Dragón ladeó ligeramente la cabeza y Miqpau pudo ver como unas lágrimas le resbalaban por las mejillas.
Miqpau se incorporó lentamente y se acercó a aquel grandullón, el cual ahora lloraba con más insistencia. Entre sollozo y sollozo el Sr. Dragón le contó a Miqpau el origen de su pena y dolor, resultaba que resulta que su amada esposa, Ramona Dragona, la otra noche se comió un par de Trasgos de esos que se dedican a hacer fechorías por el bosque y a romper todo lo que encuentran a su paso, y desde entonces Ramona Dragona tiene unos horribles dolores de barriga, esta está hinchada y la pobre Ramona Dragona no para de gemir de dolor.
Miqpau encontró en esas palabras la respuesta a los ruidos que tenían tan aterrorizados a sus convecinos y se ofreció a ir con el Sr. Dragón hasta su humilde morada para curar a la Sra. Dragona.
Miqpau se subió a lomos del Sr. Dragón y se dirigieron velozmente a la cima de la Montaña del Dragón donde se encontraba la cueva habitada por el monstruoso matrimonio.
Allí sobre un mullido lecho de plumas de oca se encontraba tumbada Ramona Dragona, era preciosa, tenia un color rosado muy brillante, y unos grandes ojos verdes, pero en estos ojos se podía leer el dolor que sentía. Miqpau se subió a una mesa para poder llegarle al estomago, y después de estar observando y palpando la enorme panza de la Sra. Dragona rebuscó entre sus cosas y saco una piedra perfectamente afilada, la limpió cuidadosamente y procedió a hacer un pequeño cortecito en esa descomunal barriga. Miqpau no se había olvidado de darle a beber un ungüento delicioso que le iba a impedir sentir más dolor, pócima que la Sra. Dragona tomó sin rechistar. Y sin más dilación procedió a sanar a ese precioso ser. De la barriga de Ramona Dragona salieron tres Trasgos malvados y malolientes que salieron a todo correr de la estancia y más que correr volaron montaña abajo y todavía deben correr si nadie les ha detenido.
El Sr. Dragón y Ramona Dragona estuvieron tan agradecidos al duende Miqpau que le agasajaron con toda clase de presentes y prometieron velar por él y por su bosque todos los días y todas las noches de su vida.
 

 

 

domingo, 13 de noviembre de 2022

NUEVOS TRABAJOS DE ESTOS ULTIMOS TIEMPOS

En estos ultimos meses, por no decir años, han pasado muchisimas cosas, entre ellas una pandemia que parecía que tenía que acabar con nuestras vidas así como las conociamos; prometía hacernos más humanos, más buenas personas, pero se ha quedado en eso, en una promesa.

Yo he ralentizado mi trabajo, tanto muñequil como miniaturil, asi como el de escribir, este último bastante estancado.

Tengo pendiente que "Miqpau, el duende", continue con sus aventuras, y cambiar parte de la decoración de la casa de muñecas, por no decir nada de la que tengo embalada desde vete a saber cuando.

Pero ahora subiré un par de muñecas que he ido haciendo estos ultimos tiempos.

Espero que os gusten, aunque sea un poquito.

Besos de algodon y espero que esteis a la vuelta